El gran apagón que ayer afectó a España y a varios países europeos dejó en evidencia una de las vulnerabilidades más críticas de nuestra sociedad hiperconectada: la dependencia de la infraestructura digital para mantener la continuidad de los negocios.
En un escenario de corte de energía, los protocolos de emergencia de una empresa suelen activarse de inmediato para proteger su operativa física: generadores, evacuaciones, comunicaciones alternativas. Sin embargo, ¿qué ocurre con la protección digital? ¿Qué pasa cuando las redes caen abruptamente, los centros de datos sufren interrupciones o los sistemas de monitorización quedan fuera de línea?
La respuesta es alarmante: las brechas de seguridad se multiplican.
Durante un apagón, las empresas se enfrentan a varios riesgos simultáneos. La desconexión de servidores puede impedir la correcta actualización de parches de seguridad. Las conexiones de respaldo, muchas veces menos protegidas, pueden ser explotadas por atacantes. Además, el caos organizativo abre la puerta a errores humanos: accesos indebidos, contraseñas comprometidas o transferencias de datos sensibles sin las debidas garantías. Un escenario perfecto para que ciberdelincuentes actúen con rapidez y efectividad.
El incidente de ayer debe servir como recordatorio urgente. Protegerse ante ciberamenazas no es solo cuestión de firewalls y antivirus en condiciones normales. Es imprescindible diseñar estrategias de ciberseguridad que contemplen situaciones extraordinarias como un apagón masivo.
¿Cuenta tu empresa con procedimientos claros para garantizar la continuidad de la seguridad digital en un evento de este tipo? ¿Sabrían tus empleados cómo actuar para no comprometer datos críticos en medio del desconcierto?
Entre las mejores prácticas para estar preparados destacan la implantación de sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) no solo para los servidores, sino también para los dispositivos de red que gestionan la seguridad; la definición de protocolos de actuación para escenarios offline; la realización de backups automáticos y desconectados; y, sobre todo, la formación constante de los equipos humanos, que son el primer y último eslabón de la cadena de defensa.
La recuperación de la luz eléctrica tras un apagón siempre es motivo de alivio. Volver a la normalidad en las calles y en los hogares tiene un impacto inmediato y visible. Pero en el mundo invisible de la ciberseguridad, el verdadero restablecimiento solo ocurre si las empresas están preparadas, si sus sistemas resisten y si sus datos no caen en manos equivocadas durante el desconcierto.
Así que sí, ayer la luz volvió. Pero hoy, más que nunca, toca preguntarse: ¿y tu seguridad digital? ¿También está de vuelta?
En Integra, sabemos que la verdadera resiliencia digital no se construye en el momento de la crisis, sino mucho antes. Ayudamos a las empresas a prepararse frente a cualquier incidente, diseñando estrategias de ciberseguridad adaptadas a cada escenario, reforzando su infraestructura, asegurando sus datos críticos y formando a sus equipos para actuar con rapidez y precisión ante cualquier eventualidad. Porque la próxima vez que el mundo se detenga, tu negocio no tiene por qué hacerlo.